Realidad-aumentada

El periodismo impreso no pasa por su mejor momento. En los últimos diez años, los periódicos españoles en papel han perdido más de un millón de lectores y la situación en el futuro no se plantea muy esperanzadora. Por esta razón, muchos medios impresos buscan cambios revolucionarios que den un nuevo impulso a la lectura en papel. Una de las fórmulas híbridas más innovadoras, entre lo digital y lo impreso, es la realidad aumentada

Esquire

Esta tecnología, de reciente desarrollo, busca la capacidad para combinar el entorno real y los elementos virtuales. En 2012, la NASA lanzaba una aplicación con la que, mediante un código BIDI impreso en una tarjeta y a través de la cámara de nuestro móvil, podíamos manejar el vehículo espacial Curiosity, interactuando visualmente con el entorno que teníamos a nuestro alrededor. Esto aplicado al periodismo nos da un gran abanico de innovadoras posibilidades.

La revista estadounidense Esquire, que ya experimentó hace unos años con un número especial en el que incluía una pequeña pantalla de tinta electrónica, lanzó en 2009 una edición en la que se aprovechaban las posibilidades de la realidad aumentada. Gracias a códigos BIDI como el de la portada de la imagen, se podían ver fotografías y textos animados en 3D a través de la cámara del ordenador y una aplicación web propia. Un recurso que no sólo fue usado para los contenidos propios de la revista, sino también para la publicidad que incluía.

fotogramas

En España encontramos aún escasos ejemplos de revistas o periódicos que hayan aprovechado la realidad aumentada. El caso más llamativo es el de la publicación especializada en cine ‘Fotogramas’, que en su número de septiembre de 2010 aprovechó de forma espectacular esta tecnología. El proceso era similar al de Esquire. Mediante el escaneo de los códigos de la revista con la cámara Web del ordenador, era posible acceder a multitud de contenidos animados y con audio.

Sin duda, la realidad aumentada es un recurso bastante útil a la hora de dinamizar las revistas en papel, dándoles una trama no lineal  y escapando del entorno físico real. En contraposición a las evidentes ventajas, está la inversión para desarrollar estos números especiales, ya que lanzar contenidos específicos para cada edición tendría unos costes que solo las principales publicaciones se podrían permitir. Además, mantener una coherencia entre los contenidos digitales e impresos se convierte en una labor complicada y laboriosa para un medio no acostumbrado a esta posibilidad.

La realidad aumentada es una tecnología que aún se encuentra en fase de experimentación y, por tanto, tiene todavía grandes posibilidades de desarrollo. La implantación en medios impresos les da una nueva dimensión virtual, una ventana a lo digital que no es solo interesante para el periodismo, sino también para la publicidad y  el aprovechamiento de esta nueva interactividad en los medios convencionales.