Primero llegó la revolución de los 140 caracteres. ¿Cómo expresar una idea con tan poco espacio y que a la vez tuviera la coherencia y repercusión para que llegara a multitud de usuarios? Twitter se convirtió así en la red social de microblogging por excelencia. Mensajes cortos, directos y claros. Y, de esa manera, se ha erigido ya en el sitio web/aplicación de referencia de medio mundo. De hecho, es lo primero que miramos al levantarnos para iniciar el día… y lo último que vemos al apagar la luz de nuestro dormitorio.

Más tarde, Instagram complementaba a estos textos con infinidad de posibilidades fotográficas, en los que los usuarios amantes de la creación de imágenes -ya sean profesionales o aficionados- comparten al mundo sus dotes artísticas -gatos, pies, mojitos, primeros platos y postres de por medio-.

Y llegó el día en que nació Vine (concretamente, junio del 2012). ¿Por qué compartir imágenes estáticas pudiendo aprovechar las cámaras integradas en nuestros smartphones? Surgió entonces una nueva moda en el universo 2.0 de realizar microvídeos -6 segundos de duración máxima-, en los que los usuarios se elevan a la categoría de cineastas que deben aprovechar ese espacio de tiempo que le brinda el programa para realizar breves composiciones audiovisuales del estilo de imágenes gifs con sonido.

¿Qué ventajas tiene esta app? Muchas. Compartir nuestras experiencias en las redes sociales de un modo aún más gráfico que si lo hiciéramos con fotografías con gran rapidez, sencillez… Es precisamente por su simpleza por lo que ha encandilado a tantos usuarios en tan corto espacio de tiempo.

Las marcas más poderosas ya se han subido al carro de Vine y, cómo no, utilizan esta aplicación como método creativo y directo de promoción de sus productos y servicios, además de conectar de un modo más personal con sus seguidores. Desde emitir teasers de tráilers de películas, mostrar cómo es el día a día en la oficina, publicar discos de música,  hasta realizar unboxings de artículos. Veamos algunos ejemplos:

En definitiva, se trata de otra herramienta muy a tener en cuenta por todas las posibilidades que permite, ya sea en el ámbito personal, como en el terreno profesional. O, por lo menos, así lo consideraron en Twitter, comprando la aplicación a sus creadores tan solo 4 meses después de su primer lanzamiento. Veremos si, con el tiempo, esta nueva moda entre las redes sociales se ha consolidado entre los usuarios, o si se ha tratado de una revolución pasajera.

Daniel Barberá López

@Dani_Barbera

Consultor de comunicación en Seis60