Youtube, la famosa red social de Google para compartir vídeos, ha cambiado su normativa para la monetización de vídeos. ¿El motivo? La escasez de inversión en publicidad por parte de los anunciantes debido a los contenidos polémicos que se alojan en la plataforma. En Seis60 hemos indagado sobre el origen de la confrontación entre las marcas y los creadores de contenidos de esta comunidad, los ‘youtubers’.
En septiembre de 2016 Youtube publicó sus nuevas directrices de monetización y animó a los propios usuarios a denunciar los vídeos que considerasen inadecuados. Sin embargo, el ‘boom’ de la pérdida de publicidad estalló en marzo, cuando el youtuber sueco PewDiePie, con más de 55 millones de suscriptores, rescindió su contrato con Disney debido a las bromas con tintes antisemitas que reinaban en su canal. A partir de este momento, otras marcas se han sumado a la negativa de promocionar algún tipo de material ofensivo.
La reacción de Youtube no se hizo esperar. A partir de abril decidió vetar la opción de incluir anuncios en los vídeos con menos de 10.000 visitas, para evitar así revisar todos sus mensajes. En España, las críticas de la comunidad virtual se han intensificado desde ese momento, como la protagonizada hace pocos días por el conocido usuario Wismichu.
¿Qué es un contenido polémico para Youtube? En la última actualización de su normativa se especifica que toda publicación apta para la monetización ha de ser adecuada a los anunciantes, lo cual excluye a los vídeos sobre temas controvertidos o que generen sensibilidad (guerras, muertes, conflictos políticos…), uso o abuso de drogas, actos dañinos, discursos del odio e incendiarios, lenguaje inadecuado e imágenes sexuales o violentas.
En este contexto, los youtubers están notando un descenso de ingresos considerable. En el último análisis sobre la audiencia de la plataforma, realizado por la Yotuber Academy, se estima que el perfil del consumidor de vídeos de esta red tiene entre 18 y 24 años, seguidos de los jóvenes de entre 25 y 34 años. Por tanto, los contenidos favoritos de estos grupos de edad son precisamente aquellos etiquetados como no ‘family-friendly’.
El nuevo reglamento para la monetización de vídeos de Youtube ha levantado las críticas entre los usuarios de esta comunidad virtual
En este conflicto entre la libertad de expresión y las inversión publicitaria, los youtubers han decidido evitar la ‘censura’ utilizando medidas discutidas para lograr visualizaciones como el ‘clickbait’, el uso de bots o realizar la técnica conocida como ‘hacer la del partner’, con la que los usuarios más populares publican vídeos sin calidad sólo para cumplir con los requisitos mínimos que les aseguran las reproducciones. En el otro lado, las armas ‘legales’ con las que cuentan para evitar que sus vídeos sean borrados son la solicitud de una revisión manual por parte de Youtube y la posibilidad de aprender este nuevo reglamento de uso en la Academia de creadores de Google.
El debate está servido en esta plataforma y tiene visos de continuar. La confrontación entre lo que el usuario quiere ver, con los creadores de contenidos en pie de guerra, y el mensaje con el que las marcas quieren ser asociadas ha marcado un punto de inflexión que no ha hecho más que comenzar. Seguiremos atentos a sus novedades.