El cierre de cualquier empresa siempre es una mala noticia, más aún si esta pertenece a tu sector profesional. Personas con las que has coincidido, hablado o intercambiado emails se ven de pronto en la calle, protestando por un empleo que se han ganado día a día.

Los trabajadores de Canal 9 lucharon hasta el último momento por la supervivencia de la cadena.

Los trabajadores de Canal 9 lucharon hasta el último momento por la supervivencia de la cadena

En el caso de un medio de comunicación, ese cierre afecta de alguna manera a toda la sociedad. Cada vez que un periódico, radio, televisión, portal informativo o revista muere, también lo hace de alguna manera la pluralidad informativa y la independencia. Lamentablemente, en los últimos años es rara la semana en la que esto no sucede.

Recientemente, dos casos han tenido especial repercusión. Uno de ellos, el de Radiotelevisión Valenciana, ha abierto una veda que coloca a los canales autonómicos en la cuerda floja. Aunque su rentabilidad se mida como un servicio público, es necesario que cuadren sus números al final de año pero, en cualquier caso, no se han cuidado ni las formas ni el fondo en este espinoso asunto.

Otro caso especialmente llamativo ha sido el de El Correo de Andalucía, periódico con 114 años de historia que acentuaba una peligrosa tendencia de EREs, ERTEs y demás penurias con una rocambolesca venta a un grupo empresarial que no aseguraba su pervivencia.

Portada de la edición especial de El Correo de Andalucía.

Portada de la edición especial de El Correo de Andalucía

Los periodistas de este medio se convirtieron en tristes protagonistas de la actualidad. La sociedad, el tejido empresarial y las instituciones los apoyaron, pero no llegaba el capital necesario para mantenerlo hasta que el Grupo Morera & Vallejo decidió apostar por un grupo multimedia en el que El Correo de Andalucía tendría un papel muy importante que cumplir. Así, también ha nacido o, mejor dicho, se ha relanzado, Luz TV Sevilla.

Son buenas noticias para el maltrecho panorama comunicativo de Andalucía. Sin embargo, la cuestión de fondo es ¿hasta qué punto son rentables económicamente los medios?, ¿están basados en un modelo caduco? Parece que los contenidos que se lanzan desde la prensa, a pesar de su importancia y trascendencia, no se están adaptando a la nueva realidad. Las páginas web no dejan de ser réplicas del papel y pocas plataformas se adaptan eficazmente a los smartphones y las tablets, verdaderas fuentes de información del consumidor de a pie.

Estamos ante un cambio en la forma de consumo de la información y, posiblemente, todas estas malas noticias no estén haciendo otra cosa que recordarlo continuamente. Los contenidos a la carta, presentados de forma eminentemente visual y que lleguen al móvil del receptor son los que están marcando el camino, por lo que hacia allí se deben dirigir los pasos de los medios para ganar mayor cuota de lectores y, de esta forma, más ingreso de publicidad.