Con la eclosión de Internet se han ido profesionalizando herramientas para la cuantificación y el análisis de datos, permitiendo a las grandes empresas extraer conclusiones basadas en estudios más rigurosos y objetivos con el fin de perfeccionar sus productos. De hecho, no concebimos la información sin una referencia relativa a datos, porcentajes o estimaciones barométricas.

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Pero, ¿qué es exactamente el Big Data del que muchos medios hablan? Digamos que consiste en un almacenamiento de datos obtenidos a través de la interacción y navegación de los usuarios por Internet. Es decir, se trata de una inmensa base de datos que se aprovecha del uso de las nuevas tecnologías por parte de la Administración pública y la empresa privada para conocer mejor al usuario-cliente.

La diferencia entre estos organismos es que los datos registrados en la Administración pública siguen unas normas de protección de datos de acuerdo a la legislación de cada país, aunque con poca transparencia en muchos casos, mientras que las empresas privadas pueden aprovecharse de la cesión de datos que ofrecemos cuando aceptamos las condiciones de sus políticas en un registro sobre plataformas online.

El objetivo del Big Data, al igual que otros sistemas analíticos convencionales, es convertir el Dato en información influyente para la toma de decisiones sobre aspectos políticos, sociales y, sobre todo, económicos, siendo una oportunidad de negocio. Las empresas lo utilizan como herramienta para comprender el comportamiento de sus clientes y mejorar los productos y las campañas en base a la necesidad de la demanda. A través de esa observación sobre las pautas individuales que realizamos en la red, las empresas segmentan y agrupan, personalizando el servicio que brindan a sus clientes.

¿Cuál es tu valor?

Hemos concebido Internet como la expansión de un espacio gratuito y globalizado donde construir y depositar nuestra identidad digital, sin embargo, y como todo servicio, hay una contraprestación que a veces pasamos por alto. Esa exposición que hacemos de nosotros mismos en la red es utilizada por las grandes empresas para mercantilizar nuestros datos, desde los más personales como el nombre, el correo electrónico o la geolocalización, hasta nuestras inquietudes, gustos o costumbres.

En ese sentido, se ha generado todo un debate en torno a la privacidad, ya que muchos portales virtuales aprovechan el descuido o desconocimientos de los internautas para ejercer sobre ellos una publicidad invasiva a través de spam, toolbars en el navegador o software maliciosos.

El triunfo de Netflix

netflixPor otro lado, también hay empresas que ejercen un aparente consumo responsable de esos datos alegando la personalización del servicio en función de las necesidades del cliente. Por ejemplo, la reciente plataforma de películas y series Netflix observa los comportamientos de los usuarios durante su navegación y les sugiere diferentes productos en función de los datos que recogen sus algoritmos.

Es decir, a través de las valoraciones de los usuarios, las búsquedas, los dispositivos usados, el tiempo que invierten en la web, los días de la semana que frecuentan la página, la región o las preferencias, además de otros metadatos, esta plataforma permite brindar un servicio cada vez más individualizado que muchos clientes ven con buenos ojos.

Bajo la mirada de Facebook

facebookLa mayoría de las empresas no suelen dar detalles sobre los modelos de ‘machine learning’ (técnicas de aprendizaje automático por parte de las máquinas), pero algo similar ocurre con la gran red social de Facebook. Navegar por tu muro y compartir publicaciones, puede generar grandes cantidades de dinero a la compañía sin darnos cuenta.

De hecho, un par de investigadores españoles de la Universidad Carlos III de Madrid han diseñado un proyecto para detectar el valor diario que genera una persona dentro de esta red social. Facebook Data Valuation Tool responde a las soluciones que pedía la Unión Europea para que los usuarios comprendieran mejor el manejo de sus datos personales en las redes sociales y que tomaran conciencia de su propio valor en este medio digital.

Además, los anuncios publicitarios que se insertan en nuestros navegadores responden a algoritmos resultantes de nuestras búsquedas más recientes y/o frecuentes. Un catálogo publicitario con memoria que aprende de nuestros movimientos online agudizando sobre nuestros intereses y que, a veces, asombra tanto como asusta.

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Big Data en las elecciones estadounidenses

El Big Data se ha colado también en las campañas estadounidenses, primero con Barack Obama en 2008, y posteriormente ha continuado esa tendencia en política para obtener mensajes que persuadan a la ciudadanía.

Empresas de análisis como Civis Analytics, Resonate, Nationbuilder o Quid son algunas de las más conocidas que han vendido macrodatos para segmentar a los votantes y defender diferentes campañas vinculadas a los perfiles más interesantes, así como conectar con votantes potenciales.

En un mundo cada vez más conectado, conocer qué datos ofrecemos y cómo son usados puede ayudarnos a filtrar mensajes persuasivos y publicitarios que recibimos aparentemente de forma casual, pero que responden a una cesión de nuestra privacidad digital.