Nadie discute las enormes pérdidas, en todos los sentidos, que ha ocasionado el actual panorama económico mundial. Y lo que continúa provocando. Demasiadas personas despedidas, demasiadas empresas cerradas, demasiados desastres en cadena.
Todo un cúmulo de despropósitos que ha generado un clima de negativismo generalizado que ocupa casi la totalidad de la conciencia de la opinión pública. Mensajes perjudiciales para una sociedad ya de por sí muy dañada donde la esperanza es algo que se olvidó hace tiempo.
Pero, ¿y si se comenzara a atajar este negativismo lanzando mensajes positivos?, ¿y si la Comunicación fuera el vehículo a través del cual la opinión pública comenzara a pensar de otra forma? Podría ser el principio de otra forma de pensar, que conllevaría otra forma de actuar.
No se trata de enmascarar la realidad con mensajes pseudo-positivos, sino de un cambio en la forma de ver esta crisis. Por ejemplo, que un importante empresario, al leer, ver y escuchar mensajes positivos, no contenga tanto los gastos de su empresa (que realmente está teniendo éxito pero el miedo exterior le contrae). Ese empresario, quizá, generase nuevo empleo.
O por ejemplo, un potencial emprendedor que ni se plantea dar el paso. Con otro tipo de mensajes, puede que, al menos, pensara en arriesgarse para alcanzar esa meta. Incluso los incentivos de los propios gobiernos de los distintos países podrían variar.
Y es que la Comunicación influye profundamente en la generación de conciencia, y ésta en los hechos, en las actuaciones. Si también se comunicase la cantidad de empresas a las que les va bien, los trabajadores que están contentos o los emprendedores que siguen luchando, seguro que la realidad sería diferente. Intentémoslo.
La esperanza comienza por la Comunicación.
Director Técnico de Seis60 Comunicación