Los mensajes comerciales nos tienen abrumados. Continuamente vemos anuncios en la televisión, banners en nuestra pantalla del ordenador, pop-ups en las aplicaciones móviles, vallas y carteles por las calles. El cerebro humano está programado para seleccionar y filtrar esos contenidos, centrando su atención en lo que realmente le interesa, en el texto de la noticia, en la información sobre el tiempo que está buscando en su smartphone, en el cartel que le indique dónde está la tienda que no encuentra. El fenómeno conocido como ‘ceguera del banner’, acuñado por Jan Benway, hace hincapié precisamente en esto.
Sin embargo, a partir de los problemas surgen las soluciones y las nuevas fórmulas para llegar cada vez de forma más efectiva a nuestro público. Afortunadamente, existen interesantes estrategias para destacar de forma creativa sobre los demás, consiguiendo formar parte de ese pequeño porcentaje en el que se fija el potencial cliente. Y aquí se encuadra el storytelling.
A través de esta técnica se consigue crear una atmósfera en la que la empresa y el cliente conectan y aumentan su confianza. Así, la relación vendedor-consumidor se va disolviendo para convertirse en dos amigos (o, al menos, conocidos) en el que uno le explica al otro la respuesta adecuada para su problema o necesidad a través de una historia creíble y con personalidad, mediante un personaje que tiene cara, nombre y con el que el otro se siente identificado. Se trata, en definitiva, de crear engagement mediante esta narración preparada concienzudamente al efecto. Y es que, como ya afirmó Bill Gates en un artículo que escribió sobre Internet en 1996, “el contenido es el Rey”.
Por supuesto, como toda historia, debe contener su introducción o planteamiento del problema, en el que se cuenta una situación en la que el interlocutor se vea claramente reflejado; el nudo o desarrollo, con la información sobre cómo transcurre ese acontecimiento; y el desenlace, en el que se alcanza un fin satisfactorio para nuestro personaje y, por lo tanto, potencial cliente. Si hace poco hemos mencionado a Bill Gates, ahora recurrimos a uno de sus mayores rivales, Steve Jobs, como un claro ejemplo de excelente ejecutor del storytelling y de cómo conectar con la audiencia desde el primer momento. Su discurso en la Universidad de Stanford ha pasado a la posteridad. Si no has visto este vídeo, no dudes en darle al Play:
Las redes sociales también ayudan a crear historias, por supuesto. En esta línea nació Storify de la mano de un veterano periodista, Burt Herman, quien enfatiza en la importancia del contenido sobre la tecnología. Esta herramienta ya cuenta entre sus usuarios con periódicos como The Times o Bild; instituciones como la Casa Blanca y la ONU; universidades como la de Cambridge y, por supuesto, marcas comerciales como Tommy Hilfiger. A través de su sencillo uso, el usuario recoge elementos de las publicaciones en las redes sociales para darle forma a una narración que se publica en la propia plataforma. Se pueden utilizar elementos de Facebook, Twitter, Instagram, Flickr, Youtube… incluso enlaces de webs. Pero esto no es lo mejor de todo. En la propia página de Storify se remarca que el objetivo final es que esta historia se propague viralmente, dando la posibilidad al usuario de notificar a aquellas personas de las que ha tomado los elementos.
PD: Para conocer otro ejemplo de storytelling no hay que irse muy lejos. Seis60 tiene su propia historia, su origen mitológico que da origen a nuestro nombre. ¿Aún no la conoces?
“Cuentan los historiadores que el hombre, en un acto de valentía y con un cierto punto de osadía, soñó con levantar una torre tan alta que le permitiera llegar hasta el cielo. A esta construcción le dieron el nombre de Torre de Babel y llegó a medir 660 pies de altura.
Conforme avanzaban en su proyecto, los dioses se enfadaron con los mortales y decidieron derribarlo, impidiéndoles de esta forma llegar a su meta. Además, como castigo, confundieron sus lenguas, haciendo imposible que pudieran comunicarse entre ellos y evitando otro posible intento de alcanzar el cielo en el futuro. Siglos después, la agencia Seis60 retoma este espíritu emprendedor con el objetivo de que ninguna dificultad comunicativa impida alcanzar una meta”.