El Cuarto Poder, lejos de desinflarse tras la vorágine digital de los últimos años, sigue manteniéndose estable y erguido frente a los muchos gurús que anunciaban su agónica muerte. Una vez que Internet se ha estabilizado, adquiriendo su etapa de madurez, todo parece indicar que el futuro de la gran red pasa inevitablemente por el periodismo, un soltero de oro en horas bajas al que no le faltan poderosos pretendientes.
La información es poder, pero su control lo es más. Google cerraba su servicio ‘News’ en España el 16 de diciembre de 2014 tras la entrada en vigor del canon AEDE, del que ya hablamos en el blog de Seis60. Desde entonces, y aunque el buscador sigue dando un servicio ‘light’ de Google News basado en filtrar los contenidos de la búsqueda por textos periodísticos, la compañía de Mountain View no ha cesado en el empeño de reabrir su herramienta. Para Google, estos meses posteriores al cierre han supuesto un esfuerzo diplomático para estrechar lazos con la Asociación de Editores de Diarios Españoles (AEDE), tendiéndoles la mano en reiteradas ocasiones y pidiéndoles continuamente un cambio de postura respecto a Google News. Sin embargo, convencer a los editores de que el buscador es un amigo y no un mal evitable requiere una estrategia medida, larga y de desgaste.
O quizás, no tan larga. Hace unos días, el presidente de Prisa, Juan Luis Cebrián, anunciaba que ninguna de las publicaciones del conglomerado de medios que preside exigiría el canon AEDE a Google, algo que no contempla la legislación y que ha sido visto con asombro por parte de los más de 80 diarios de la Asociación promotora del canon. Este guiño por parte de Cebrián al presidente de Google, Eric Schmidt, evidencia una cordial relación entre ambos ejecutivos. Durante los últimos meses, Cebrián y Schmidt han tenido encuentros esporádicos, colaborando en uno de los últimos ambiciosos proyectos de Google, ‘News Lab’, un portal que ofrece a los periodistas herramientas, datos, programas y recursos para que hagan su trabajo.
Pero Google tiene muchos frentes abiertos en la lucha por seducir a los medios españoles, y si bien es verdad que acercarse al presidente del mayor grupo mediático de España ha sido todo un éxito, no se han olvidado del resto de editores. A finales de abril, Google prometía a los distintos medios de Europa, entre los que se encuentran varios españoles, un total de 150 millones de euros para el desarrollo de negocios digitales englobados en el proyecto Digital News Initiative.
A parte de la polémica de Google News desatada en toda Europa, el presidente de Google debió de pensar que si no podía derrotar a su enemigo, lo mejor iba a ser unirse a él. De esta manera, además de todo el esfuerzo realizado para embaucar a los medios tradicionales, Google ha dado un primer paso para tener su propio medio de comunicación, creando en Youtube el canal Newswire, un medio respaldado por periodistas que pretende convertirse en un referente de información local y global en la red.
La contratación de periodistas por parte de Google no es algo aislado. De hecho, parece ser la punta del iceberg de un proyecto aún mayor, que pretende situarse a la vanguardia de otros dos proyectos similares impulsados por gigantes de la red.
El mes pasado, Twitter dejaba entrever un nuevo giro de tuerca a su red social, que se ha postulado en estos últimos años como un auténtico feed con millones de usuarios como fuentes. El proyecto, denominado Lightning (relámpago), pretende que la red social incorpore un nuevo apartado en el que una serie de periodistas vayan seleccionando aquellos contenidos más relevantes, para ir contando el transcurso del evento sobre el que se informa.
Por último, Apple se sitúa en el tercer carril de esta carrera por la información. Hace unas semanas, la firma de la manzana ponía a su equipo de recursos humanos a trabajar en la búsqueda de periodistas que pusieran en marcha su nuevo servicio de noticias, que no pretende ser un simple agregador, sino un auténtico medio de comunicación.
Se abre una nueva etapa en el periodismo digital. Una época de madurez y estabilidad amparada por los gigantes Internet, ahora conscientes de que la sobreinformación es desinformación y que su correcta gestión, elaboración y publicación no solo es cuestión de algoritmos, sino que como en todo arte, necesita el calor de una mente humana.