Crisis. Es la palabra que más leemos, escuchamos y decimos últimamente. Crisis. Todo está al borde de la desaparición, todo se reinterpreta. Crisis. ¿La comunicación es una inversión o un gasto para la empresa?
Para muchos empresarios, la comunicación, en el actual contexto económico, es un gasto demasiado excesivo. En sus cuentas se recorta el presupuesto destinado a tal fin porque no se tiene claro el retorno de esta inversión. Quizá deberían saber que es precisamente en época de crisis cuando más se abarata el coste para realizar campañas de comunicación.
Para muchos empresarios, la comunicación, en el actual contexto económico, no es útil. No vale la pena dedicar tantos esfuerzos a aspectos tan infructuosos. Quizá deberían saber que la crisis hace que el consumidor en Internet aproveche para buscar, comparar, elegir y comprar productos o servicios. Si no estás presente, es muy poco probable que te encuentre.
Para muchos empresarios, la comunicación, en el actual contexto económico, no es rentable. No ven beneficios claros que les puedan repercutir económicamente en su empresa. Quizá deberían saber que la comunicación, bien entendida, es una esencial herramienta comercial que ayuda al desarrollo de los negocios. Participar en el mercado no es sólo gestionar el negocio, también incluye difundirlo y darlo a conocer.
Para muchos empresarios, la comunicación, en el actual contexto económico, debe ser mínima y tacaña. Quizá deberían saber que es precisamente ahora cuando el ingenio aparece con más impulso. En estos tiempos críticos es cuando se potencia la regresión creativa, lo que significa que la repercusión es mayor e incide de mejor manera en el público objetivo. Las redes sociales dan buena cuenta de ello.
Para muchos empresarios, la comunicación, en el actual contexto económico, no tiene cabida, porque si la competencia no lo hace y no invierte en ello, ellos tampoco. Quizá deberían saber que el hecho de que en tiempos de crisis, las empresas recorten o anulen sus partidas para comunicación, es la mayor oportunidad que nunca puedan tener. Si tu competidor no existe en los periódicos, ni en las revistas, ni en Internet, ni en la radio, ni en la televisión, ni en las redes sociales, y tú sí, es una oportunidad sin precedentes para posicionarte.
Vivimos un excelente momento para incidir en el consumidor. Hay que entender al cliente, o potencial cliente, sin tratar de “incomodarle” ni “investigarle”, sino provocar una conversación, un diálogo con él. La publicidad estática ha entrado en crisis. Las empresas que sobrevivan serán aquellas que miren hacia el futuro, pero sin olvidarse nunca del presente.